Concepto

El voluntariado es una práctica social desarrollada por personas que, por altruismo y solidaridad, de forma gratuita, desinteresada y consciente, y en el marco de una organización, realizan acciones positivas para otras personas o colectivos.

La acción de voluntarias y voluntarios se puede desarrollar en diferentes ámbitos, como los servicios sociales, la educación, las artes, los deportes, el medio ambiente, los derechos civiles, etc., normalmente para dar una respuesta personal y grupal a necesidades culturales y sociales de una determinada realidad.

Los trazos que definen al voluntariado son los ideales solidarios, la sensibilidad ante los problemas y carencias de colectividades desfavorecidas o ante realidades que pueden ser mejoradas, así como la conciencia de ser socialmente útil a través de la acción.

Esta acción voluntaria, como comportamiento social no coaccionado ni mercantilizado, aparece en la sociedad actual como un recurso no solo ampliamente difundido, sino también en vías de expansión en todos los países industrializados. La notable presencia social del voluntariado ha conllevado su regulación legal, sin que ello deba hacer disminuir su papel en la transmisión de valores de ciudadanía y en la creación de conciencia crítica.

Análisis

Una sociedad que está llamada a ser del bienestar ha de asentarse en principios democráticos y valores de solidaridad, igualdad, justicia, tolerancia, cooperación y participación ciudadana, con el fin de lograr la cohesión social y satisfacer –tanto individual como colectivamente– las necesidades humanas a través de dinámicas cuya pluralidad contribuya a la transformación de las realidades sociales cotidianas.

En este sentido, el voluntariado aporta un capital cívico-social imprescindible para la vida en comunidad y para fomentar la responsabilidad colectiva entre las personas que la integran. Sin embargo, se hace necesaria una clarificación ética de la acción voluntaria, que pasa por (re)pensar el papel de las instituciones en la vida social, así como por delimitar los ámbitos de acción-intervención del voluntariado y otros agentes sociales, con el fin de evitar su instrumentalización. Así, según Izquieta (2011), la excesiva dependencia económica y los sistemas de control a los que se ven sometidas muchas iniciativas de carácter voluntario condicionan su autonomía y desnaturalizan su propia filosofía.

Desde estas premisas, el voluntariado ha de entenderse como un componente dinámico y esencial de las sociedades avanzadas, haciendo más visible la pluralidad de opciones y transformando en acción práctica y efectiva la igualdad de derechos de los seres humanos. De este modo, promover el voluntariado comporta convertir a las personas en actores y protagonistas de sus propias acciones, en aras de redefinir«un modelo de solidaridad para sociedades complejas» (Caride, 2009) que obliga a desarrollar un nuevo concepto de ciudadanía. Así, todas las personas tienen derecho a ofrecer libremente su tiempo, habilidades y competencias a otros y a sus comunidades, profundizando en la búsqueda de valores cívicos y de alternativas que apuesten decididamente por una sociedad más plural, más justa, más equitativa y más libre.

En definitiva, y considerando que el voluntariado tiene que ver con la educación cívica, con la consolidación de una escala de valores y con estrategias que facilitan el aprendizaje de competencias que habilitan para la vida en común, la lectura representa una oportunidad para comprometer e incrementar el protagonismo de la ciudadanía en acciones voluntarias, éticas, que dignifican las relaciones humanas y sociales, al tiempo que aportan calidad de vida y bienestar colectivo.

Implicaciones

Son varias las experiencias que se pueden enmarcar bajo el epígrafe de «voluntariado lector». Buena parte de ellas entroncan con facilitar el acceso a la lectura a personas con algún tipo de discapacidad, por ejemplo, elaborando materiales en formato de audiolibros con la colaboración del voluntariado; otras procuran mayores implicaciones comunitarias a través de la corresponsabilidad de diferentes agentes e instituciones sociales. Presentamos dos iniciativas que pueden ser ilustrativas de buenas prácticas en este ámbito.

Programa Lecxit-Cataluña

El último informe PISA (2011) puso de manifiesto que un 14% de los alumnos de15 años no comprenden aquello que leen, mientras que los que dedican una media de dos o tres horas diarias a la lectura mejoran su rendimiento académico. Por esta razón, y con el fin de mejorar la comprensión lectora y fomentar el hábito lector en las primeras etapas educativas, surge en colaboración con la Fundació La Caixa y la Fundació Bofill, el programa Lecxit, una iniciativa que promueve el voluntariado ciudadano para convertirse en tutores de lectura del alumnado de cuarto de primaria.

Este programa se concreta en una intervención integral y transversal, proponiendo actividades y talleres familiares que promueven la lectura en el hogar, así como una optimización de los recursos comunitarios para incentivar este hábito entre los menores.

Clubes de lectura en centros de mayores

La Concejalía de Bienestar Social y Promoción de la Igualdad del Ayuntamiento de Murcia promueve este programa, que consiste en la realización de sesiones de lec- tura colectiva, comentario de libros, teatro leído, escritura creativa… con grupos de entre diez y quince residentes de centros de mayores. Las iniciativas son desarrolladas por voluntarias y voluntarios que cursan el último año de sus estudios universitarios, y se les requiere una formación basada en valores humanos y en técnicas básicas para la lectura grupal. El objetivo de esta iniciativa se centra no solo en mejorar la participación de las personas mayores, sino también en incentivar las relaciones sociales e intergeneracionales entre los participantes.

Referencias

Caride, J. A. y López Paz, J. F. (2002), Ocio y voluntariado social. Búsquedas para
un equilibrio integrador, Bilbao: Universidad de Deusto.

Caride, J. A. (2009), «La calidad y la equidad en la educación como quehacer
cívicosocial », en Santos, M. A. (ed.): Políticas educativas y compromiso social. El
progreso de la equidad y la calidad, Barcelona: Octaedro.

Izquieta, J. L. (2011), Voluntariado y tercer sector. Cultura, participación cívica y
organizaciones solidarias, Madrid: Tecnos.

Fecha de ultima modificación: 2014-03-25